Nuestra Señora de Cocharcas
La devoción a la Virgen forma parte de la religiosidad popular de América Latina. La Virgen María ha acompañado los pasos de los evangelizadores y ha entrado en el alma de nuestros pueblos andinos. En 1598, apenas cien años después del descubrimiento de América, la presencia singular de nuestra Señora llegó también a Cocharcas, un pueblo olvidado de los Andes, donde vivía un pobre y humilde indígena.
LA VIRGEN DE COCHARCAS PATRONA Y PROTECTORA DE LA DIÓCESIS DE ABANCAY
Nuestra Señora de Cocharcas es Patrona y Protectora de la Diócesis de Abancay. El Santuario que custodia la Imagen de “Mamacha Cocharcas”, se encuentra en la Provincia de Chincheros. Su fiesta es el día 8 de septiembre. Es patrona de la Diócesis y del Seminario Mayor. El Santuario de Cocharcas es una de las primeras edificaciones marianas en la región andina del Perú.
Todo comenzó con aquella venerada imagen de la Virgen Candelaria que trajo desde Copacabana un campesino de 23 años: Sebastián “Quimichu”, a finales del siglo XVI (1598), en agradecimiento por haber recuperado milagrosamente la salud. Una imagen “verdaderamente hermosa: en su rostro está impresa la dulzura de una Madre buena, la figura de una gran Señora y la majestad de una Reina” (Mons. Enrique Pélach).
Cocharcas ha tenido una gran importancia en la evangelización del Perú y de Sudamérica. Ha sido siempre un lugar sagrado de encuentro con Dios, designado y alentado desde Roma como lugar de peregrinación, además ha sido promocionado en sus comienzos por los Reyes de España, también se han interesado los Romanos Pontífices: El Papa León XI, Paulo V, Gregorio XV, Urbano VIII, Clemente XIV, Pío IX, etc.Recientemente la Santa Sede ha declarado oficialmente a la Virgen de Cocharcas como PATRONA DE LA DIÓCESIS DE ABANCAY.
BREVE HISTORIA DE NUESTRA SEÑORA DE COCHARCAS
Cada 8 de septiembre, unos 20 mil fieles se acercan a Cocharcas, van a rezar a los pies de la Santísima Virgen de Cocharcas, que mora en un Santuario, declarado monumento histórico. La Construcción del Santuario empezó en ese mismo año y se concluyó en 1623.
Origen de la Advocación
En su origen está un joven lugareño, Sebastián Quimichu, que llevó en 1598 desde el Alto Perú (Bolivia), a su pueblo de Cocharcas, la bellísima imagen de la Virgen Candelaria: “Cocharcas está en la provincia de Chincheros. Hace cuatro siglos sólo vivían allí veinte familias. Uno de los vecinos era Sebastián, un joven de 23 años, hijo de Lope Martín y de Luisa Asto. Sebastián iba a ser el que más tarde traería al pueblo la venerada Imagen de la Virgen, que todos conocemos. Le decían "Quimichu", es decir, el que lleva la Imagen.
Todo comenzó con un accidente y la posterior curación de sus secuelas. Unas astillas de maguey -que acababan de estar al fuego- se clavaron en una mano de Sebastián, de la que no podía ya valerse, y le causaban mucho dolor.
Un tiempo después emigró a Cuzco, buscando una mejor vida. Allí se enteró de los milagros que obraba la Virgen de Copacabana y, lleno de fe, decidió ir a pedirle su curación. No había llegado todavía a Copacabana cuando una noche, entre sueños, le pareció que una señora le llamaba. Al despertar al día siguiente, se dio con la sorpresa de que había desaparecido el dolor y estaba completamente curado.
En agradecimiento quiso llevar a su pueblo de Cocharcas una Imagen igual a la de Copacabana y pronto llegó a saber que el escultor Tito Yupanqui tenía una ya terminada. Como no tenía dinero para pagarla, viajó a la Paz, donde pidió permiso para limosnear, y recorriendo pueblos y ciudades, logró reunir la suma requerida, volvió a Copacabana y pagó por la Imagen.
Lleno de alegría emprendió el viaje de regreso a Cocharcas, levantando la fe y el entusiasmo de los pueblos por donde pasaba la Imagen, hasta llegar a Urcos. En Urcos el párroco no entendió tanta algarabía, pensando que quizá se trataba de ritos paganos, y denunció a Quimichu al señor Obispo de Cuzco, añadiendo la sospecha de que la Imagen habría sido robada. Y en Cuzco fue separado de la Imagen y metido a la cárcel, de la que salió pronto, al averiguarse la verdad, hecho que no hizo sino aumentar la devoción de más y más gente hacia la Señora y su Imagen.
Llegando ya cerca de Cocharcas, a propósito detuvo la Imagen de la Virgen por algunas semanas en la comunidad de Cayara, porque había que preparar antes en Cocharcas al menos una capilla para acoger a tan gran Señora. La capilla estuvo terminada en sólo dos meses y desde entonces la Santa Imagen se conoce con el nombre de 'Virgen de Cocharcas". Esto ocurría el año 1598.
La muerte de Quimichu
Santa María se fue metiendo en la vida de Sebastián, hasta el punto de que, cada día que pasaba, Sebastián Quimichu era más feliz y más generoso. Decidido a levantar un templo digno de tal Imagen con su primo Tomás Cumascusi y una pequeña copia de la Imagen, regresó a Bolivia a recibir limosnas. Recorriendo Cochabamba en este afán, una enfermedad le causó la muerte y allí le enterraron. Una parte del dinero recaudado se empleó en el funeral y el resto se trajo a Cocharcas para comenzar el Santuario.
Años más tarde, sus restos fueron trasladados de Cochabamba a Cocharcas y hoy están enterrados en el interior del santuario, donde una pequeña lápida de mármol blanco lo recuerda (…).
La Construcción del Santuario
El santuario fue edificado durante 25 años (1598-1625), construida al estilo barroco, a base de piedras talladas, cuenta con dos torres unas portadas en cada lado y una principal debidamente ornamentada pasteleros, su nave es una bóveda de medio punto y cúpula de mampostería cubierta con azulejos vidriados.
La devoción a la Santísima Virgen de Cocharcas se extendió rápidamente a través de tan bella Imagen, y por los muchos favores de la Virgen y el buen ejemplo de Quimichu. Pobres y ricos, artistas y poderosos aunaron esfuerzos en la construcción del Santuario que hoy conocemos, el mismo que se comenzó a construir en el año 1598 y que se terminó veinticinco años después, en 1623.
La Venerada Imagen
La venerada imagen de la Mamacha Cocharcas es una hermosa talla en madera policromada de regular tamaño. No sobresale por la finura de sus rasgos, pero es devota y tiene indudable parecido con su gemela de Copacabana. Sobresale el amplio manto y el vestido, riquísimamente bordados. De pie, sostiene al Niño en su brazo izquierdo y la consabida candela y el canastillo en el derecho.
Actualmente la Virgen es representada con un ramillete de rosas y amancay (Lirio de la Sierra de Sudamérica) en la mano derecha, mientras que en la izquierda porta al Niño Jesús con el mundo en sus manos mientras bendice al espectador. Hoy es advocación propia del Perú, desvinculada de la primitiva iconografía de "Candelaria".
En 1991 un incendio desfiguró y quemó parcialmente la Sagrada Imagen de la Virgen. Fue un día muy triste para todos los devotos y para Cocharcas, a pesar de que dio paso a una sorprendente demostración de fe y de amor a la Virgen, cuya Imagen luce ahora espléndidamente restaurada. Varias veces a lo largo de estos cuatrocientos años, cuando todavía no había sido creada la Diócesis de Abancay y el pequeño pueblo de Cocharcas pertenecía al Obispado de Ayacucho, desde Roma llegaron breves (Documentos Papales) concediendo gracias especiales a los devotos.
Cocharcas centro de Renovacion Espiritual
Esta piedad religiosa tiene su origen en la época colonial, su historia está marcada por una fe viva y perenne que lleva una rica tradición que se expresa en las costumbres y modo de expresar el amor a la Madre de Dios. El lugar alejado y la fe de los devotos impresionan desde hace 400 años. La fiesta central actualmente sólo dura tres días, pero suficiente para convocar a toda población de la zona para esta experiencia religiosa.
En el año 1973, organizamos en Cocharcas un Congreso Eucarístico Mariano, que ha dado a conocer todavía más a la Virgen de Cocharcas y ha fortalecido la fe de muchos fieles.
Una costumbre antigua y muy característica de la piedad popular de Cocharcas es aquella de “Los Quimichus", cargando en sus hombros una cajuela que lleva dentro la Reina chica o la Reina grande (copias pequeñas de la Imagen) al son de una música que todos los devotos reconocen y pasando de pueblo en pueblo durante meses, sobre todo cuando se acerca la fiesta del 8 de setiembre, con el fin de recoger limosnas y ofrecer la Imagen de la Virgen a la piedad de los fieles.
Son innumerables las gracias espirituales y los favores materiales concedidos por la Virgen en estos cuatro siglos de historia. Cuidados solícitos tantas veces desconocidos por terceros, al quedar escondidos en la intimidad de las personas con la sencilla complicidad de Santa María.
En el año 1998 se ha celebrado su IV Centenario de la llegada de la Virgen de Copacabana a Cocharcas. Actualmente el Santuario está en restauración, aunque cada 08 de septiembre sigue acudiendo muchísimos fieles con el fin de obtener favores y gracias.