Los sacerdotes de la Diócesis de Abancay tratamos de vivir nuestra vocación apostólica con audacia, riesgo, generosidad y celo por las almas, dispuestos a dar la vida por el Evangelio.

Cada sacerdote Diocesano misionero es apóstol de eclesialidad, allí donde es enviado por el Espíritu. Su familia es la misma Iglesia local. Este es el terreno privilegiado de la misión, la fuente de su espiritualidad, el motivo por el cual vive  en fraternidad con los demás sacerdotes y  laicos.

Los sacerdotes de Abancay dan testimonio del Reino de Dios en muchas partes del mundo. Llevando el Evangelio a otras culturas, atentos a los signos de los tiempos, orando y discerniendo respuestas adecuadas a nuestro tiempo.

En esta hermosísima tarea se hallan muchos sacerdotes: ¡Gracias por vuestra generosidad y sacrificios!